Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 259
24 de mayo de 1948
    Es necesario examinar en su conjunto los problemas tácticos del trabajo rural en las regiones liberadas nuevas. En estas regiones tenemos que utilizar plenamente la experiencia obtenida en el período de la Guerra de Resistencia contra el Japón y aplicar, durante un tiempo considerable después de su liberación, la política social de reducción de los arriendos y los intereses y de reajuste adecuado de las provisiones de semillas y víveres, así como la política financiera de distribución racional de las cargas; tenemos que dirigir nuestros golpes principales tan sólo contra los contrarrevolucionarios importantes que están políticamente del lado del Kuomintang y luchan tercamente contra nuestro Partido y nuestro ejército, exactamente como lo hicimos durante la Guerra de Resistencia cuando sólo arrestábamos a los traidores a la patria y confiscábamos sus bienes. No debemos aplicar de inmediato la política de reforma social que consiste en la distribución de los bienes muebles y la tierra. Esto se explica porque sólo unos pocos elementos audaces aplaudirían la distribución prematura de los bienes muebles, mientras que las masas básicas no conseguirían nada y quedarían descontentas. Además, una dispersión apresurada de las riquezas sociales sería desventajosa para el ejército. La distribución prematura de la tierra colocaría demasiado pronto todo el peso de las necesidades militares sobre los campesinos, en vez de colocarlo sobre los terratenientes y campesinos ricos. En la esfera de las reformas sociales, es preferible no distribuir los bienes muebles ni la tierra, sino reducir en todas partes los arriendos y los intereses, para que los campesinos obtengan beneficios tangibles; en la política financiera, debemos efectuar una distribución racional de las cargas, de modo que paguen más los terratenientes y campesinos ricos. De esta manera, las riquezas sociales no se dis-
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persarán y el orden público se mantendrá relativamente estable, lo que nos ayudará a concentrar todas nuestras fuerzas en la liquidación de los reaccionarios kuomintanistas. Al cabo de uno, dos o incluso tres años, cuando en extensos territorios de las bases de apoyo hayan sido liquidados los reaccionarios del Kuomintang, cuando las condiciones queden estabilizadas, cuando las masas hayan despertado y se hayan organizado y cuando la guerra se desarrolle ya en zonas lejanas, podremos entrar en la etapa de la reforma agraria -- la distribución de los bienes muebles y de la tierra --, como se ha hecho en el Norte de China. No puede saltarse la etapa de la reducción de los arriendos y los intereses en ninguna región liberada nueva; de otro modo, cometeremos errores. La táctica arriba mencionada debe ser aplicada también en aquellas partes de las grandes regiones liberadas del Norte, Nordeste y Noroeste de China que limitan con territorios enemigos.
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