Del
Obras Escogidas de Mao Tse-tung
EDICIONES EN LENGUAS EXTRANJERAS
Primera edición 1962
PEKIN 1976
Segunda edición 1963
(5a impresión 1976)
pág. 345
5 de febrero de 1949
    A la declaración sobre la cuestión de las negociaciones de paz, hecha el 28 de enero por el vocero del Partido Comunista de China, respondió el 31 de enero un vocero del gobierno reaccionario y entreguista del Kuomintang. En su respuesta, el vocero del gobierno reaccionario y entreguista del Kuomintang tejió sofismas en tomo de las cuestiones planteadas por el vocero del Partido Comunista de China. Con respecto a la exigencia del Partido Comunista de China de que el gobierno reaccionario y entreguista del Kuomintang asumiera la responsabilidad de arrestar de nuevo a Yasuji Okamura, principal criminal en la agresión japonesa contra China, para entregarlo al Ejército Popular de Liberación y de custodiar a los otros criminales de guerra japoneses y evitar que se escaparan, el vocero del Kuomintang declaró que "se trata de una cuestión judicial que no tiene nada que ver con las negociaciones de paz, y aún menos se puede hacer de ella una condición previa para las negociaciones de paz." Con respecto a la exigencia del Partido Comunista de China de que el gobierno reaccionario y entreguista del Kuomintang asumiera la responsabilidad de arrestar a Chiang Kai-shek y a otros criminales de guerra, el vocero del Kuomintang dijo que "para una paz auténtica no se deben poner condiciones previas." Agregó que, en su declaración, el vocero del Partido Comunista de China "no parece ser suficientemente serio en su actitud" y que, además, "crea complica-
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ciones". A este respecto, el vocero del Partido Comunista de China declara: el 28 de enero hablábamos todavía del gobierno reaccionario y entreguista del Kuomintang como de un gobierno; en este sentido, no éramos, en efecto, suficientemente serios en nuestra actitud. "Existe todavía este llamado "gobierno"? ¿Existe en Nankín? En Nankín ya no hay ningún órgano del poder ejecutivo. ¿Existe en Cantón? En Cantón no hay ningún jefe de gobierno. ¿Existe en Shanghai? En Shanghai no hay ni órgano del poder ejecutivo ni jefe de gobierno. ¿Existe en Fengjua? En Fengjua sólo hay un espurio presidente que ya ha anunciado su "retiro" nada más. Por lo tanto, hablando en serio, no debíamos haberlo considerado como gobierno; se trata, a lo más, de un gobierno hipotético o simbólico. No obstante, supongamos que exista tal "gobierno hipotético o simbólico y que exista un vocero que pueda hablar en nombre de ese "gobierno". Entonces este vocero debe comprender que este hipotético y simbólico gobierno kuomintanista, reaccionario y entreguista, no sólo no ha contribuido con nada a las negociaciones de paz, sino que en realidad ha creado infinitas complicaciones. ¿Acaso no crearon ustedes una complicación, por ejemplo, al absolver repentinamente a Yasuji Okamura, en un momento en que con tanta ansiedad pedían las negociaciones? ¿Acaso no crearon ustedes otra complicación al enviarlo al Japón, junto con otros 260 criminales de guerra japoneses, después que el Partido Comunista de China les había exigido detenerlo nuevamente? ?Quién gobierna hoy en el Japón? ¿Puede decirse acaso que gobierna el pueblo japonés, y no los imperialistas? Tanto aman ustedes al Japón que, según ustedes, allí los criminales de guerra japoneses gozarán de mayor seguridad y comodidad y recibirán un trato más apropiado que en las regiones bajo la dominación de ustedes. ¿Es ésa una cuestión judicial? ¿Y por qué ha surgido esta cuestión judicial? ¿Puede ser que ustedes hayan olvidado que los agresores japoneses combatieron contra nosotros durante ocho años enteros? ¿No tiene esta cuestión nada que ver con las negociaciones de paz? El 14 de enero, cuando el Partido Comunista de China planteó las ocho condiciones para las negociaciones de paz, aún no había sido puesto en libertad Yasuji Okamura. Eso ocurrió el 26 de enero; por tanto, ésta es una cuestión que debe ser planteada, y que sí tiene relación con las negociaciones de paz. el 31 de enero, cumpliendo las órdenes de MacArthur, ustedes enviaron al Japón a 260 criminales de guerra japoneses y, junto con ellos, a Yasuji Okamura; así el problema está aún más estrechamente ligado
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a las negociaciones de paz. ¿Por qué piden ustedes negociaciones de paz? Porque han sido derrotados en la guerra. ¿Y por qué han sido derrotados? Porque desencadenaron una guerra civil contra el pueblo. ¿Y cuándo iniciaron esta guerra civil? Después de la rendición del Japón. ¿Y contra quién desencadenaron esta guerra? Contra el Ejército Popular de Liberación y las regiones liberadas populares, que habían prestado eminentes servicios meritorios en la Guerra de Resistencia contra el Japón. ¿Y con qué contaron ustedes para hacer la guerra civil? Además de la ayuda norteamericana, contaron con los hombres que arrancaron de sus hogares y las riquezas que saquearon al pueblo de las regiones bajo su dominación. Apenas hubo terminado la gran lucha decisiva del pueblo chino contra los agresores japoneses, apenas hubo terminado la guerra exterior, iniciaron ustedes esta guerra civil. Ustedes fueron derrotados y pidieron negociaciones, pero de súbito absolvieron a Yasuji Okamura, principal criminal de guerra japonés. Y tan pronto como presentamos una protesta, exigiendo de ustedes que volvieran a ponerlo en prisión para entregarlo al Ejército Popular de Liberación, ustedes se apresuraron a enviarlo al Japón junto con otros 260 criminales de guerra japoneses. Señores del gobierno reaccionario y entrevista del Kuomintang, esta acción suya es demasiado injustificable, es una violación demasiado grosera de la voluntad del pueblo. Hemos agregado ahora deliberadamente la palabra "entreguista" a su título, y ustedes tienen que aceptarla. Hace mucho que su gobierno es un gobierno entreguista, y solamente por brevedad omitimos a veces esta palabra; ahora ya no la podemos omitir. Además de todos los crímenes de traición a la patria que cometieron en el pasado, ustedes acaban de cometer otro, y muy grave, que debe ser discutido en la reunión de las negociaciones de paz. Llamen ustedes a esto crear complicaciones o no, se discutirá sin falta el asunto; puesto que ocurrió después del 14 de enero y no fue incluido en las ocho condiciones que habíamos formulado anteriormente, estimamos necesario agregar a la primera condición una nueva cláusula: castigar a los criminales de guerra japoneses. De este modo, la primera condición contiene ahora dos cláusulas: a) castigar a los criminales de guerra japoneses y b) castigar a los criminales de la guerra civil. Tenemos pleno fundamento para agregar esta nueva cláusula; ella refleja la voluntad de todo el pueblo. Todo el pueblo exige que los criminales de guerra japoneses sean castigados. Dentro del mismo Kuomintang, muchos consideran que es natural y justo castigar a Yasuji Okamura
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y a los otros criminales de guerra japoneses igual que a Chiang Kai-shek y a los otros criminales de la guerra civil. Digan ustedes que nuestra voluntad de paz es sincera o no, de todos modos se discutirá el problema de estas dos categorías de criminales de guerra, y serán castigados tanto unos como otros. En cuanto a nuestra exigencia de que arresten a una banda de criminales de la guerra civil antes del comienzo de las negociaciones y prevengan su fuga, ustedes sostienen que "no se deben poner condiciones previas". Señores del gobierno reaccionario y entreguista del Kuomintang, no se trata de una condición previa, sino de una exigencia que se desprende naturalmente de su aceptación de la condición referente al castigo de los criminales de guerra como una de las bases para las negociaciones. Les hemos exigido que los arrestaran por miedo de que se escaparan. En este momento, cuando aún no hemos terminado los preparativos para las negociaciones, están ustedes patéticamente impacientes por las negociaciones y están angustiados por no tener nada que hacer; por consiguiente, les hemos asignado un trabajo razonable. Estos criminales de guerra serán arrestados; lo serán aunque huyan a los más remotos rincones del mundo. Ya que ustedes son gentes pletóricas de misericordia y desean "acortar la duración de la guerra", "aliviar los sufrimientos del pueblo" y "anteponer la salvación del pueblo a toda otra consideración", y ya que son hombres de tan gran corazón, no deben sentir lástima por los responsables de la matanza de millones de nuestros compatriotas. A juzgar por su disposición a aceptar el castigo de los criminales de guerra como una de las bases para las negociaciones, parece que ustedes no sienten mucha lástima por estos tipos. Pero, ya que ustedes afirman que les parece bastante embarazoso arrestarlos de inmediato, pues bien, eviten al menos que se escapen; en ninguna circunstancia deben dejar que estos tipos huyan. Tan sólo imagínense, señores, después de todas las molestias que se han dado ustedes para enviar una delegación a discutir con nosotros el problema del castigo de estos criminales de guerra, ¿sobre qué negociaríamos si se hubieran escapado? ¿No será una vergüenza para los señores de su delegación? ¿Cómo mostrarán entonces su gran "sinceridad por la paz"? ¿Cómo podrán, señores, probar entonces que desean realmente "acortar la duración de la guerra", "aliviar los sufrimientos del pueblo" y "anteponer la salvación del pueblo a toda otra consideración", y que no son en absoluto hipócritas? Además, el vocero del Kuomintang dijo también muchos absurdos; pero tales absurdos no pueden engañar a nadie, y consideramos inne-
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cesario responderlos. ¡Señores del hipotético y simbólico "gobierno" reaccionario y entreguista del Kuomintang (nótese bien que la palabra gobierno va entre comillas) con sede en Nankín, o Cantón, o Fengjua o Shanghai! Si ustedes estiman que, en esta declaración, nuestra actitud tampoco es suficientemente seria, discúlpennos, pues es la única actitud que podemos adoptar hacia ustedes.
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